La función del anticongelante es fundamental en el sistema de refrigeración de un vehículo. Cualquier tipo de motor, ya sea gasolina o diésel, requiere el uso de un anticongelante de la densidad adecuada y de excelente calidad para aportar un rendimiento óptimo y funcionar a la temperatura adecuada.
En primer lugar, debe saber que el anticongelante es un líquido que se compone de un 30 a un 50 % de etilenglicol y de un 50 a un 70 % de agua. Su composición también incluye varios aditivos para evitar la formación de corrosión en el interior del sistema de refrigeración.
Todo depende de la marca del líquido utilizado, pero generalmente el anticongelante es rojo o verde.
La función del anticongelante es enfriar el motor y protegerlo contra la congelación cuando las temperaturas descienden por debajo de 0 °C.
Además, el anticongelante protegerá los diversos elementos del sistema de refrigeración contra la formación de depósitos en las tuberías y contra la oxidación.
La corrosión, en situaciones extremas, puede provocar problemas como el sobrecalentamiento del motor. El uso de anticongelante de mala calidad, es decir, con un alto contenido de ácido, dañará la bomba de agua y el radiador.
Además, la resistencia del anticongelante debe ser infalible y no degradarse a altas temperaturas. Algunas piezas pueden alcanzar los 200 °C.
Es recomendable seguir las recomendaciones del fabricante del vehículo para aclarar a fondo el sistema de refrigeración del vehículo y cambiar el líquido.
Para evitar inconvenientes y sorpresas desagradables como burbujeo o congelamiento, se recomienda verificar la densidad de este líquido dos veces al año. El líquido se deteriorará con estas dos anormalidades relativamente comunes.
El uso de un anticongelante de buena calidad también le permite calefactar mejor el habitáculo en invierno.