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Un vehículo siempre está equipado con un filtro de habitáculo situado antes del sistema de ventilación, haya o no aire acondicionado.
La función de este filtro es sencilla, reduce los alérgenos y el polvo que transporta el aire acondicionado o la ventilación y que provienen del exterior. De este modo se purifica el aire que entra en el habitáculo.
Existen tres tipos de filtros del habitáculo disponibles en el mercado:
El filtro del habitáculo debe cambiarse con frecuencia para mantener su eficacia. Especialmente si hay una pérdida de potencia en la ventilación, nota un olor desagradable o el parabrisas tiene problemas para desempañarse.
Las recomendaciones de los fabricantes no dan recomendaciones específicas para cambiar el filtro. Todo dependerá del entorno en el que se conducirá el vehículo.
No obstante, se recomienda cambiar el filtro cada 15 000 km o cada año. En ciudad, el filtro del habitáculo se obstruye más rápidamente debido a la concentración de gases de escape. Por lo tanto, se recomienda efectuar una inspección visual regular del filtro del habitáculo.